QUE COSTABAN LAS COSAS ANTES ?

Precios refrescantes

Refrescos de a peseta. A principios de los ochenta había unos sobres de bicarbonato con sabores que costaban eso, una peseta (0,006 €, ojo a los dos ceros). Otros lo llamaban «gaseosa de papelillo». La marca más famosa era El Tigre, que aún existe con una caja similar.

Helados. Un Frigopie valía 40 pesetas (0,24 €) a finales de la década. En cuanto al Frigo dedo…

Polos de naranja o limón. Eran helados de hielo sencillos, el bloque y el palito, y en el año 1985 u 86 costaban 15 pesetas, menos de 10 céntimos.

Pack de tres latas de atún. 179 pts. (1,076 €)

Pasta de dientes Colgate: 100 pts. (0,60 €)

Videojuegos. Cuando comenzaron, en la época de los Spectrum, un solo juego se valoraba hasta en 4.000 o 5.000 pts. (de 24 a 30 euros aproximadamente; el sueldo medio eran 30.000 pesetas).

Copas. A finales de los setenta, nos cuentan que se estabilizó durante un buen tiempo este precio: 50 pts. una birra (0,30 €), 100 pesetas los ‘cubatas’ (0,60 €), que por entonces aún se nombraban con la palabra completa, «cubalibres». Se usaba la misma expresión aunque fueran de ginebra en lugar de ron.

Cine. Un amigo consultado recuerda ir al cine a principios de los setenta y pagar 25 pesetas por una sesión doble dominical. Unos 40 céntimos de hoy. Aun con la subida de sueldos, no es de extrañar que ahora vaya menos gente al cine. A principios de los 90 eran ya 300 pesetas en los cines de La Vaguada (1,80 €) en Madrid. Muy lejos de los precios actuales, en algunos cines y sesiones más de 9 euros.

CD’s ‘originales’. La cultura en general nos cuesta menos desde internet, y demasiadas veces directamente dejamos de pagarla a sus legítimos autores y productores. Con todo, los precios de los CD’s se resisten a bajar como el resto de artículos tecnológicos. Valían lo mismo que ahora (según la conversión a la entrada del euro), unas 3.000 pesetas (hoy las novedades están por los 18 o 19 euros). Los programas informáticos son ahora mucho más caros (un original llegó a bajar hasta las 900 pesetas para combatir la ‘piratería’), pero la mayoría de las veces usamos copias gratuitas.

Sobres de soldaditos. Un juego que ya se percibía barato en su momento y que daba para horas de diversión. En los setenta eran aún más baratos, pero en los ochenta los había desmontables por solo 25 pesetas (0,15 €). Que fueran sorpresa era aún mejor, y por esa inversión merecía la pena.

Gasolina. Una subida en el año 81 hizo llevarse las manos a la cabeza a los conductores. Uno de ellos nos cuenta: «Ese año estrené mi primera Vespa y llegamos al escandalosísimo precio de 80 pts. (0,50 €). ¡España se hundía!». Normal que tuvieran esa sensación, el litro de gasolina en la era del ‘Seat 127’ valía solo 20 pesetas, 12 céntimos de hoy. Además, se aparcaba en la calle sin pagar. Porque éramos menos, pero también porque tener coche no estaba al alcance de todos.

Recreativas. Los que tengan treinta y tantos recordarán jugar a las Tortugas Ninja o al ‘Street Fighter’ por 25 pesetas (0,15 €). Un amigo algo más joven recuerda que «echaba cinco duros y jugaba al futbolín, al ‘Metal Slug’ o al ‘Cadillacs & Dinosaurs’. El billar era pizca más caro, 50 pesetas la partida» (0,30 €). Tras el euro, todo cambió. «El futbolín pasó a costar un eurazo, con mucha suerte 50 céntimos».

Viaje de autobús. Otra colaboradora recuerda perfectamente que hacia el año ’88 el viaje suelto valía 65 «pelas» (0,39 €) y el bonobús (diez viajes, y si no sabías esto eres demasiado joven para caernos bien) eran solamente 315 pesetas, menos de dos euros.

Tabaco. Esto nos cuentan del precio de este vicio tan de todos los días: «Cuando empecé a fumar, Fortuna, en el 94, valía 220 pelas» (1,32 €).

Café molido. El café Marcilla mezcla valía 139 pesetas (0,8 euros) en el supermercado Simago (o, como lo llamaban los chavales en Vallecas por lo fácil que era ‘distraer’ cosillas, el ‘Simango’). Hoy, ni por diez veces eso te servirán una tacita. Si nos equivocamos en esto, por favor, direcciones de bares en los comentarios.




Juanelo Turriano

Relojero , ingeniero, inventor y matemático .

EULOGIA MERLE
Art & illustration

Tecnologia Obsoleta



Las inesperadas lecciones que aprendí viviendo sin luz eléctrica durante semanas.



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